¿Por qué invertir más en la fotografía que en otras cosas de tu boda?
Las flores se marchitan, el pastel se lo comen. Pero hay una sola cosa que te puede hacer revivir tu boda de verdad. Y no es la mesa de postres.
Puedes tener el mejor guión, el vestuario más caro, un catering digno de los Óscares… pero si nadie lo graba (o fotografía), ¿realmente pasó? Invertir en fotografía no es un gasto extra. Es el único seguro que tienes contra el olvido.
Es lo que convierte tu boda en una historia que puedes volver a vivir. No solo recordar. Revivir.
La comida se enfría. Las flores se marchitan. El pastel desaparece en media hora y la pista termina llena de tacones abandonados y corbatas en la frente. Lo único que sobrevive intacto después del desmadre… son las fotos.
Nadie va a abrir su celular dos años después para buscar si la decoración combinaba con el mantel. Pero sí te van a decir: “¿Te acuerdas de esta?” cuando vean una imagen donde tú y tu pareja se están viendo como si el mundo no existiera.
Eso es lo que vale.
El tiempo borra. Y rápido. Lo que parecía inolvidable hoy, mañana se convierte en “no me acuerdo si fue antes o después del brindis”. Las fotos son lo único que te deja volver a sentir.
La mirada de tu mamá antes de salir. El abrazo que te dio tu papá. El “ya vas” que alguien gritó antes de que entraras. Y eso no lo recuperas con centros de mesa.
Puedes pagar poco y terminar con una carpeta llena de imágenes que “capturaron el momento”. Como si fueran capturas de pantalla de una boda genérica.
Pero cuando eliges bien, obtienes algo muy distinto: Una historia. La tuya.
Contada con intención. Con emoción. Con sentido. Fotos que no solo documentan, sino que hablan. Que duelen bonito.
Y eso no se logra con cualquiera que tenga cámara.
Una boda sin fotos es como una película sin estrenarse
Porque TODO lo demás es efímero
Porque el tiempo es cruel, pero las fotos no
Porque no es lo mismo tener fotos que tener historia
Entonces, ¿vale la pena?
Invertir en fotografía es decidir no olvidarte de ti. Es entender que no estás pagando por archivos JPG, sino por la posibilidad de volver ahí cuando lo necesites.
De tener una prueba física, emocional, real de que ese día pasó… y fue épico. Así que sí. Vale la pena.
Y si tienes que recortar algo, que no sea esto. Porque las flores no lloran cuando veas tu álbum. Las fotos, sí.